Científicos de la Universidad de Michigan, han logrado crear algo que parecía imposible: un delgadísimo cable capaz de "conectar" directamente el cerebro humano a una computadora. El dispositivo es tan preciso que puede conectarse, incluso, a células individuales.
El sorprendente estudio fue publicado esta semana en Nature Materials.
El cable en sí es un filamento de carbono revestido de plástico, de modo que las señales eléctricas de las neuronas no causen molestas interferencias no deseadas. En uno de sus extremos, el cable está impregnado con un gel cuya finalidad es la de acoplarse a la perfección con las membranas de las células cerebrales y transmitir y recibir de ellas señales eléctricas. El otro extremo está conectado a una computadora, de forma que las señales que emite el cerebro llegan directamente a la máquina, y con una extraordinaria claridad.
"El electrodo tiene un diámetro aproximado de 0,007 milímetros (siete micras), mucho menos que el de sus más directos competidores, que tienen entre 25 y 100 micras", explica Nicholas Kotov, uno de los desarrolladores del dispositivo.
Kipke hizo hincapié en que el electrodo que desarrolló el equipo de investigadores no es un dispositivo preparado para un ensayo clínico, pero demuestra que los esfuerzos para reducir el tamaño de los electrodos hacia el tamaño de las células cerebrales están dando sus frutos.
El ingenio ya ha sido probado en ratones y ha dado, hasta ahora, unos resultados excelentes. Pero los propios autores del artículo aclaran que aún es pronto para empezar a utilizarlo con seres humanos.
Cuando por fin se logre, el dispositivo contribuirá a revelar un buen número de misterios que aún envuelven al cerebro y su funcionamiento.
"¿Cómo se comunican las neuronas entre sí y cuáles son las vías de procesamiento de la información en el cerebro? Estas son las preguntas que se pueden responder en el futuro con este tipo de técnica", dijo Kotov.
Uno de los mayores problemas aún sin resolver es el de la duración del electrodo. En efecto, para que pueda ser utilizado, por ejemplo, con una prótesis, el cable debería resistir sin degradarse durante años enteros mientras está conectado al cerebro del paciente. Pero hasta ahora los experimentos sólo han durado seis semanas, por lo que se desconoce cómo puede evolucionar el cable durante periodos más largos.
"Los resultados sugieren que la creación de electrodos en estas pequeñas dimensiones, es un camino viable hacia adelante para lograr la creación de dispositivos más duraderos", comentó el investigador.
Las pruebas, a pesar de todo, resultan esperanzadoras. Las neuronas y el sistema inmune de los ratones se acostumbraron a los electrodos después de apenas dos semanas, lo cual indica que estos "invasores electrónicos" podrían seguir funcionando sin problemas durante un largo tiempo.
"Gracias a que estos artefactos son tan pequeños -asegura por su parte Takashi Kozai, que ha dirigido la investigación - podremos combinarlos con nuevas técnicas ópticas para observar directamente, por primera vez, cómo se comportan y qué hacen las células cerebrales cuando se comunican entre sí".
Cortesía: Siente Panamá
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