La importancia de nacer en un lugar u otro va a ser crucial para el resto de tu vida. Tus expectativas de futuro están más que ligadas a tu origen de cuna y al lugar donde esa cuna estuviera. No es más que una sencilla ecuación matemática que tiene que ver con el dinero y el poder que floten al rededor de la cuna. Son los menos los que, con esfuerzo, tesón y haciendo algo de magia, consiguen burlar al destino y camuflarse en lugares en los que no se les esperaba y - me atrevo a decir - no se les tenía en estima.
Una de las herramientas más utilizadas por los de cuna de cartón es, por supuesto, la información. El conocimiento del medio que les rodea, el saber qué es qué, quién es quién y cómo funcionan las cosas, desde las más pequeñas y sencillas - como un bolígrafo - hasta las más complicadas y escondidas - como el sistema financiero - es lo que les permite actuar en pro de otro destino. Conocer da poder, pero también energía para querer cambiar las cosas cuando se descubre uno engañado.
Las castas gobernantes de los pueblos sometidos, buscan controlar la información, por todos los medios, e Internet se convirtió en un canal que atenta contra su control dejando fluir información de todo tipo a todo el mundo. Las dictaduras - y algunas no tan catalogadas como tal -, procuran controlar ese flujo de información, ya sea cortando el acceso a la misma o por medios tan variopintos como matándola en origen - por ejemplo rompiendo los equipos de informáticos de un periódico con la esperanza de destrozar las fuentes originales de información -.
En el caso de China, la censura es clara y directa - no como en otros países -. Aquí no hay trampa ni cartón. Ellos deciden qué se puede leer en Internet y qué no se puede leer de forma clara. Los vídeos publicados ahora deben ir con nombre y apellidos, para evitar que alguien diga algo que no guste al gobierno, y cuando salga una información en Internet que no guste, como el informe del ICIJ que habla de cómo se han llevado y se llevan el dinero los que mandan en China - se bloquea y punto.
Figura 1: Bloqueo del informe del ICIJ en China |
El bloqueo se puede constatar con Greatfire.org, donde basta con poner una dirección URL y ver si está siendo cortado su acceso o no. En el caso del periódico The Guardian, que también se hizo eco de la noticia en un extenso artículo, se pudo ver cómo la dirección donde se había publicado dicho informe estaba bloqueada totalmente.
Este sitio, GreatFire.org, monitoriza el número de URLs que desde China se bloquean utilizando el Great Firewall of China, y puede verse que no se escapa casi ningún lugar de Internet. En el Top de Alexa, páginas de la Wikipedia, búsquedas en Google y más de 20.000 dominios. Por supuesto, los sitios con SSL que hagan uso de Certificate Pinning y no permitan la inspección tampoco son muy bien vistos.
Figura 2: Listas de sitios bloqueados |
Por suerte, mi rincón de Internet personal aún sigue siendo un lugar que puede ser visto desde China, lo que deja a las claras lo que le importa a lo que mandan allí lo que yo publique. Y como se puede comprobar, para que la gente esté tranquila, se sigue permitiendo el porno... pero no la privacidad.
Figura 3: El lado del mal se ve en China. Hola! |
Creo que deberíamos trabajar para que en la ONU - o en la organización mundial que sea donde no haya derecho a veto por parte de los más poderosos - se debería empezar a tratar Internet como lo que debería ser: Algo que garantice la libertad de comunicación del ser humano a través de las tecnologías. No sería suficiente, seguro, pero ayudaría un poco a esos que que quieren escaparse de la cuna que los vio nacer.
No se debería permitir que a su antojo, un gobierno de un país pudiera tomar la decisión de coartar que información debiera ser vista o no por sus ciudadanos. O aún peor, vulnerar Internet mancillando su funcionamiento o matarlo desconectando la red del país tal y como ya se ha hecho en alguna ocasión. Y que se deberían aplicar sanciones de algún tipo a todos los países que lo dañen de alguna manera. Por desgracia, hay tantos derechos aún que defender, que el derecho a un Internet como debiera ser parece quedar aún muy lejos de poder conseguirse.
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